Dando una vuelta por
un libro, me encontré con una investigación que se llevaba a cabo
sobre el origen de Colón, el “descubridor” de la América
castellana.
De sobra es sabido
entre la comunidad de científicos e historiadores, que la versión
“oficial” de que Colón tenía un origen Genovés, ha quedado
ampliamente discutida y demostrada que hay algunas incoherencias al
respecto, en cuanto a los documentos históricos.
Sinceramente, nunca
me ha dado por Colón, no sé si porque sería absurdo intentar
ahondar en algo tan lejano, tan oscuro y tan machacado como la vida
del Almirante, o porque creí que todo ya estaba escrito, siendo un
personaje tan importante para el mundo. Pero curiosamente, sin
quererlo, me he topado con una realidad con la que no contaba...
Todos sabemos que la
verdad absoluta se nos escapa de las manos a los mortales, todos
somos dueños de nuestra propia verdad que puede o no puede coincidir
con otros puntos de vista (parece una exposición de I. Kant), pero
no suelo apartar versiones que se me muestran como “posibles”
simplemente porque van en contra a lo que he aprendido hasta ahora,
(que siempre estamos aprendiendo, pero bueno).
Llevamos creyendo las
verdad de otros, hasta que, por nuestros propios ojos, podemos tocar
e identificar nuestra propia verdad.
Cuando se me presenta
otras interpretaciones de la Historia, a diferencia de otros
compañeros míos y muchos profesores de Historia, no es que “me lo
crea a pies juntillas” pero tampoco desecho la posibilidad, siempre
y cuando me la expongan bien y sin agujeros negros.
El caso que hoy me
ocupa es el misterioso personaje de Cristóbal Colón.
Al parecer, hasta
hace 3 días, era un Genovés de origen humilde, tejedor de seda, y
casi ignorante que se dedicó a enrolarse en barcos como marinero
antes de subir de nivel a Almirante. Todo hubiese quedado
estupendamente colocado si no existiese esa curiosidad nata del ser
humano en ver y leer, y querer saber más allá.
Al parecer lejos de
ser Italiano, y más concretamente Genovés, el Almirante pudiera ser
Portugués (eso ya lo saben algunos historiadores, sin dudarlo, yo
solo lo repito), de origen judío y gran conocedor de la kábala,
aunque tuvo que cristianizarse a la fuerza cuando los judíos fueron
expulsados de la península Ibérica, cosa que él aprovechó para
embarcarse en la carabela rumbo a “las Indias” (la expulsión de los Judíos se ejecutó en 1492). Como buen judío,
renegaba de la divinidad del Jesucristo cristiano, pero obviamente,
no pudo manifestarlo públicamente.
Por lo que parece, el
hecho de que fuera a presentar el proyecto de su aventura marítima a
los Reyes Católicos, fue una idea de su amigo personal el rey de
Portugal, Juan II. (Curiosamente, pudo haber sido puesto en busca y
captura por éste, por traición a la corona, cuando Juan II
descubrió que parte de la nobleza del reino de Portugal, querían
matarlo en una emboscada, que, por otra parte, Colón ayudó a poner
su granito de arena en ese turbio asunto, junto con la reina, la
mujer de Juan II y un hermano de ésta.).
Esto quiere decir, que esas
relaciones tan íntimas y personales no podría darse en pleno siglo
XV entre un plebeyo y el rey, sino entre el rey y su corte o algún
noble de la misma. (Esto justificaría el hecho de que Colón
escribiera perfectamente el Portugués, algo de castellano y
perfectamente el latín, y tiraría por tierra la teoría de que era
un pobre y humilde tejedor de seda, dado los estudios que tuvo y su
formación como navegante.
Colón, nunca firmaba
como Colón sus correspondencias, y jamás hablaba de su origen,
quiso borrar cualquier dato que significara para él una “amenaza”
de ser descubierto. Quizás por ese pequeño detalle de que él
formaría parte de la “comidilla” aristócrata para derrocar al
rey de Portugal. La cosa es que en una misiva que el rey le envía en
1484 , creo recordar, a Colón, le advierte que puede volver sin
problemas a Portugal sin miedo a que sea apresado ni condenado por
crimen alguno contra su persona, eso parece un “te perdono” en
toda regla por parte del rey al navegante, reconociendo este que
tenía razones el rey para mandarlo a ahogar en medio del mar... pero
bueno.
El Colón que me
interesa, (el otro es derivado de Colombus, Colome, etc y no de
Colón, Colom), se empieza a nombrar a partir de este momento, como
si antes de su viaje no existiese, (de ahí que intentaran investigar
su origen y no se halló nada al respecto, dando por supuesto, que
existía bajo otra entidad que aun hoy desconocemos), las confusiones
con su apellido transcrito al latín y al castellano, dieron pié a
que se le confundiera con apellidos italianos (que por otra parte,
sus orígenes eran Italianos y judíos, como los de su mujer Felipa
Moniz de Perestrello, y todo apunta a que podía ser un noble
portugués). Jamás escribió en Italiano, las correspondencias eran
en las lenguas que cité antes, portugués, castellano o latín,
aunque de vez en cuando intentaba esbozar una palabra en anotaciones
sueltas en italiano, pero sin probarse nada con ello.
El descubrimiento de
América se debió a una estrategia del rey de Portugal para
deshacerse de los poderosos castellanos y mantenerlos ocupados para
ellos poder seguir controlando el paso a las Indias (las verdaderas
Indias), esto se menciona en el Códice 632 de José Rodrigues Dos
Santos.
Y, ¿por qué no?...
Es muy raro que los
expertos navegantes portugueses dejaran escapar la oportunidad de
descubrir nuevos territorios para su corona, y el rey de Portugal,
por otros navegantes conocidísimos, ya sabía de la existencia de
tierras en occidente. Colón viajó con las coordenadas exactas, la
última tecnología en navegación del momento proporcionada por el
rey, y una cartografía litoral sin precedentes, digno de alguien que
conocía la costa americana anteriormente. (sobre ésto, siempre he
tenido la curiosidad, de que antes de 1492, sabemos a éstas alturas
de “la película” que los vikingos pisaron el continente
americano, quizás incluso antes, los orientales, es por ello, que
hace años que oí hablar del mapa de Piri Reis, un marino Turco que
realizó un mapa propio basándose en mapas anteriores y “muy
anteriores”, donde se aprecia la Antártida, (que se descubriría
un siglo después).
Parte del mapa de Piri Reis, publicado en 1513 |
Lo que está claro es
que al no haber documentos escritos de esos siglos, los pocos que hay
son copias de originales o copias de copias de los supuestos
originales, por supuesto interpretadas y readaptadas con toda su
buena fe (o no) y sus erratas correspondientes. No se puede negar ni
afirmar nada con rotundidad, pero sí se pueden unificar fuentes que
nos saquen de alguna duda y por lo menos dejar claro “lo que no
puede ser”, aunque “lo que es”, no lo sepamos nunca.
Así pues, después
de mucho divagar por entre documentos, copias, manuscritos, códices
y demás, al parecer, el señor Cristóbal Colón, nacería en algún
lugar del sur de Portugal, con apellido Colona, quizás Guerra
Colona, judío converso por obligación de los Reyes Católicos,
espía en la corte portuguesa de éstos últimos( por el asunto de la
traición a Juan II, que luego se derivó en una amistad, ya que al
rey le interesaba que Colón estuviese en contacto con la Corona de
Castilla para mantenerlos fuera del comercio con las Indias y
“cediéndoles” los derechos de conquista de un territorio que los
portugueses llevaban años recorriendo y mercadeando).
Sobre ésto último,
he de decir dos cosas, una, que los portugueses estaban
comercializando con Canarias antes de la venida de los castellanos a
estas tierras, y dos, porque cuando Colón se lleva dinero a las
Américas, un tercio fue moneda portuguesa, prueba de que el comercio
al que estaba acostumbrado los nativos americanos era con los
portugueses.
Esto y más que no
está aquí escrito descubrí sin querer, pero bueno, para hacerlo
llegar por si alguien tiene el “huequito” abierto y preparado
para saber más, que busque y sacie su curiosidad. ;).
No hay comentarios:
Publicar un comentario