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miércoles, 24 de octubre de 2012

EL TESORO DE LOS BÁRBAROS
Exposición itinerante (MARQ).
Por Luz Marina Delgado 
(Universidad de Alicante 2012)

(Foto propia)


Hoy tengo el placer de presentarles mi visita autoguiada al museo Arqueológico de Alicante, el MARQ, donde se expuso el tesoro de los Bárbaros. Gracias a la profesora Carolina Domenech (UA), que recomendó su visita, nada desaprovechable, avisando que pronto marcharían de tierras Alicantinas.

Se trata de materiales encontrados en Alemania (mayoritariamente), cerca de los ríos que han podido rescatar un equipo amplio de investigación, y nos muestran qué construyeron , para qué lo utilizaron y cómo lo utilizaron. No olvidemos que la industria bárbara (o pueblos bárbaros -mayormente germanos- provenientes del norte), está basada en el metal, por tanto sus riquezas en la herrería son muy notables.

Afortunadamente las fotos que he podido aportar son cosecha propia, puesto que se permitían mientras no se usase el flash, cosa que como verán, tampoco hizo mucha falta.

La organización de la exposición estuvo muy lograda, aportando datos interesantes y grandes murales dibujados para entender las formaciones políticas y el reparto de tareas dentro de un poblado bárbaro. Una puesta en escena estupenda y un lenguaje sencillo para llegar a toda clase de público.
Gracias a aportaciones de colecciones privadas, como la de los hermanos Ludwig y Willi Kuhn, pudimos apreciar la magnitud del uso del hierro, y el bronce, entre otros metales.

Comenzamos nuestro peculiar paseo por el museo con una introducción aportada por el MARQ.

“ La desigual incidencia de la crisis del siglo III en el Imperio se manifiesta en nuestras tierras, pues aquí no hubo invasiones bárbaras en este momento. El establecimiento de un destacamento militar en Dianium se relaciona con las liches por el poder imperial, que quizá fueron la causa de la ocultación de 668 sestercios de bronce halladas en Denia.
Pese a la recesión económica y edilicia, siguen activas las ciudades de Ilici y su puerto, La Vila Joiosa (Allon?) y Dianium, pero se abandona Lucentum, que desde el siglo I mostraba signos de recesión, debido a problemas económicos de ámbito regional.
En el entorno rural, algunas villae, dedicadas a la producciónd e vino y aceite, son ahora más lujosas y cómodas que en siglos anteriores. Las primeras invasiones se documentan a principio del siglo V, protagonizadas por Alanos y Vándalos.”

(Foto propia)


Los Alanos (llamados también alauni o halani) eran un grupo étnico de origen iranio incluido en la familia de los sármatas, pastores nómadas muy belicosos de diferentes procedencias, que hablaban la lengua irania y compartían con ellos la misma cultura en muchos aspectos.

Alrededor del año 370, los alanos fueron barridos por los hunos y se dividieron en varios grupos, algunos de los cuales huyeron al oeste. Una parte de esos alanos occidentales se unieron a las tribus germánicas de los vándalos y suevos en su invasión de la Galia romana.

Los vándalos fueron un pueblo germano de Europa central. Su lengua pertenece a la rama germánica oriental que habitaban las regiones ribereñas del Báltico, en la zona de las actuales Alemania y Polonia.

Si seguimos el derrotero de vándalos y suevos en la Península Ibérica (la entonces Hispania) en 409, los alanos se asentaron en las provincias de Lusitania y Cartaginense. Los vándalos silingos se asentaron en la Bética, los suevos en la Galicia costera y los vándalos asdingos en el resto de Galicia. 


(Fotos propias)


Estas tribus germanas se asentaron en la península Ibérica y convivieron hasta la llegada de los visigodos en la P.I y los ostrogodos en Italia, por ejemplo. “Primos” que vienen realizando las mismas rutas hacia el sur, y se ven obligados muchas veces, a pactar con ellos, intentando repartir su tierra para convivencia pacífica, o muchas veces enfrentándose por falta de entendimientos.

Recordemos que los asentados en los territorios (francos, suevos, vándalos, alanos, etc) terminarán por mezclarse con las poblaciones existentes en cada territorio, aunque luego vengan los más fuertes y éstos sean reemplazados, pero ahora... no es el caso de esta exposición.

En todo ese proceso de viaje al sur, hubo muchos asentamientos, muchos de los cuales se convirtieron en asentamientos fijos poblacionales, creando así una villae, transformándose en sedentarios y dueños de esa parcela de tierra que han adoptado, y quedando otros grupos como nómadas que son los que continúan bajando a tierras sureñas.

Todo esto obliga, obviamente, a especializarse en los metales, ya que en esos momentos, los territorios eran ricos en suelo, no olvidemos que España y Francia (entre otras), eran grandes exportadores de metales en la antigüedad. También trabajan y explotan la riqueza de las tierras en las que se encuentran. Huelga decir que muchos de esos asentamientos, se realizan en los afluentes de los ríos.

(Foto propia)


Como curiosidad, tengo que decir, que a los germanos no les importaba los objetos que iban descubriendo en sus batallas, sino el valor del metal intrínseco, por tanto, pieza que obtenian como botín de guerra, pieza que troceaban para el posterior reparto del mismo. Luego los fundirían de nuevo para realizar las piezas que ellos quisiesen.

(Foto propia)

Como no podía faltar, en una comunidad germana, al igual que visigoda, romana, etc. Son los artículos complementarios que marcan una cierta posición social o política dentro de las sociedades, un individuo o un clan familiar. En el caso de las sociedades germanas, obviamente, su status reconocido es el militar, aunque su familia también gozaría de ciertos artículos, normalmente de intercambio entre bandas. Así pues, se pueden encontrar ajuares como los que muestra la fotografía inferior en un estado de conservación excelente, y nos muestra los brazaletes, collares, hebillas, fíbulas, etc., que (aunque resulte extraño)  las lucía los hombres , precisamente, para reconocer su status dentro del grupo.

(Fotos propias)

Ya para acabar, decir que la exposición, como comenté, está muy bien trabajada, me gustó bastante su introducción, donde aparece el mapa de europa a escala poco reducida, que puede empapelar una habitación de 4x4 aproximadamente (aunque tampoco lo medí), donde nos explican esa entrada de las tribus del norte empujadas por los hunos, y que pasan el Rihn, (aunque algunos se asientan) hasta los paises de la Galia (donde se asientan los francos definitivamenta - que luego se devienen en merovingios o visigodos-), y en , hasta entonces Hispania, donde se quedan los suevos en el noroeste y oeste de la P.I, junto con el resto de pueblos antes mencionados. 
Una exposición muy didáctica, muy fácil de entender me reitero, y muy recomendable para aquellos que tuvieran la oportunidad de encontrarse en el momento justo de su exposición por las ciudades. Espero volver pronto a contarles más cositas (aunque pronto visitaré el Tolmo de Minateda), y vendré a contarles lo que he visto.


domingo, 7 de octubre de 2012

El Molón (Camporrobles)


CUADERNO DE VIAJE

Por Luz Marina Delgado Hernández
(Universidad de Alicante)







MEMORIAS DE “EL MOLÓN”









Gracias a la llamada de cabrero de Alberto Lorrio, no nos despeñamos como cabras por el yacimiento...







-Después de tres horas de camino, con una breve pausa para un café, llegamos al yacimiento de “El Molón” de manos de sus directores; D. Alberto Lorrio y Mª Dolores de Prado.-

-Según llegamos, y a contrarreloj, nos recibe una subida interesante, hacia la parte más alta de la montaña, donde se sitúa el núcleo urbano. Ya subiendo por ese camino rural, nos percatamos de muescas de huellas de antiguos carros, tirados por mulas, que subían y bajaban por esa empinada pendiente. También antes de llegar a la cima, pudimos observar de pasada, un enorme hueco en la roca, natural, con una caída libre de más de 20 m. Se trataba de la una cisterna en principio natural que al parecer, los primeros pobladores, siguieron cavando en la roca en forma cuadrangular, llamada “Pozo de los moros”.-

-Finalmente, y con una ligera hiper-ventilación por el esfuerzo, llegamos a la cima, no sin antes atravesar la puerta de entrada. Antiguamente, de madera de unos 8-10 cm. de grosor que desaparece en época islámica.-

BREVE INTRODUCCIÓN

El Molón es un complejo de 4 hectáreas de terreno, situado en la cima de una montaña rocosa de 1140 metros de altitud s.n.m. Fue una zona de transición ya que se encuentra en los limes de Castilla La Mancha y Valencia.
Sus primeros pobladores fueron de la edad del hierro, hubo habitabilidad de Íberos, Celtíberos, románicos y por último, ocupación islámica como última y definitiva. Abandonado el núcleo urbano definitivamente en el siglo XI d.e., y con una leve reconstrucción de sus muro más al norte en épocas contemporáneas (anos 30, hasta años 60 aproximadamente).

Se ha venido trabajando en este enclave desde 1982, cuando el profesor Raúl Gómez García, precursara el proyecto de excavación del yacimiento, los trabajos de inician tímidamente en ese año por la Universidad de Valencia. Desde 1995, se trabaja concienzudamente en el yacimiento, desde las universidades de Alicante y la Complutense de Madrid, dirigidos los trabajos por Alberto Lorrio A., Miguel Almagro G., Moneo Rodríguez y Mª Dolores Sánchez de Prado. El parque temático arqueológico se inaugura por fin en el año 2008.
El objeto más significativo que se ha encontrado es un puñal biglobular envainado de hierro en su totalidad, elemento celtíbero de prestigio, que hace presuponer que existía en este poblado, una élite militar. El objeto se halló en la torre sur del complejo.

LA EDAD DEL HIERRO

El objeto más antiguo encontrado fue un hacha de la edad del bronce. Esto puede ser debido a que a tan solo 500 metros se encuentre el sentamiento de la edad del bronce “El Picarcho”. Se trata de una comunidad básicamente ganadera, en el Picarcho se han encontrado restos de vasos ollas y algún ídolo. La ocupación de la edad del hierro se estima en torno al s. VII hasta el s.I a.e. Alcanzando su apogeo en el siglo IV. Se han encontrado hogares y restos de muros de esa época en habitaciones. También cerámicas realizada a mano con incisos y pintadas , aunque también la presencia de alguna que otra cerámica a torno, quizás proveniente del exterior.

FASE IBÉRICA

El Ibérico Antiguo abarca los siglos VI-V.
Se encuentran vasijas de almacenamiento, tinajas con decoraciones bícromas, aunque también se han hallado restos de ánforas fenicias y vasos con tratamiento de barniz rojo. A esta fase no se le aplica la construcción de sus murallas, ya que por la orografía del terreno. Los únicos muros levantados en este periodo han sido lo de las viviendas que no alcanzarían una hectárea de superficie.
Ya en el siglo IV a.e. Se reestructura el Molón, creando las obras defensivas creando así sus murallas, embutiendo en ellas, parte del muro de las viviendas, viviendas asentadas en los cimientos de la fase anterior, reutilizando la piedra para la nueva estructura.

NECRÓPOLIS EN EL MOLÓN

La necrópolis del poblado, está situada al oeste del mismo, con una superficie de 265m.cuadrados. Se trata de un cementerio de incineración del cual no se ha obtenido sino un número bastante bajo de tumbas. Al parecer son de rituales propios de los poblamientos ibéricos y celtibéricos.
En este ritual, el cadáver es cremado en una pira, se recogerían los restos y se meterían en urnas cinerarias con tapaderas, y colocándose junto con el ajuar, en un hoyo en la tierra, siempre apoyados sobre alguna piedra, y tapados con alguna de éstas a modo de localización posterior.
En el Molón, también se han encontrado dos enterramientos infantiles bajo el suelo de dos viviendas (las utilizadas posteriormente para la construcción de la mezquita). Estos rituales infantiles están asociados también a la religión ibérica.


NUCLEO URBANO DE “EL MOLÓN”

Esta nueva estructura urbanística (siempre teniendo en cuenta la escala del espacio a intervenir), da pie a crear una cisterna para la obtención de agua de lluvia para los habitantes del cerro. Las habitaciones estaban situadas alrededor de la cisterna central, y una de las habitaciones era un lagar, donde restos encontrados en el suelo, nos indican la continua carga y descarga de carros con mercancías. A eso se le suma el descubrimiento de ánforas de vino, y restos de lagar, así como perforaciones en la roca para la extracción del líquido de ella.
Esto explica también que posiblemente extramuros, se hallaba un barrio muy cerca, a media ladera, que se encontraron en él, algunos denarios republicanos, cerámica y restos de escorias.



(imagen tomada de http://web.ua.es/es/elmolon/epoca-prerromana/las-cisternas.html)

El Molón tiene en total tres cisternas, la grande, situada en el centro de la urbe como he mencionado, que a su alrededor se congregaba las zonas de habitaciones, de unos 4 metros de profundidad y una de dos metros, situada cerca de la puerta principal, y la que antes expliqué de unos 25 metros de profundidad a la cual no se puede acceder a su base fácilmente por la complejidad de su caída.


LAS MURALLAS





(imagen propia)


Murallas fechadas en el siglo IV a.e. La parte más vulnerable es la parte oriental del poblado, que resolvieron con una torre rectangular asegurado por una segunda torre más pequeña, de unos 20 metros, frente a la segunda de 40, realizadas en sillar, y adobe. Muy similar al sistema helenístico. (Al parecer, la copia del sistema defensivo de El Molón, pudo haber sido por los conocimientos adquiridos por los mercenarios ibéricos en Sicilia, durante la segunda Guerra Púnica, y que posteriormente traerían su difusión a la Península Ibérica).

En época islámica, los muros de la antigua estructura se vuelven a fortalecer reconstruyendo las anteriores, y asentando las bases de las nuevas. Los muros alcanzaron la altura de 20m. Ayudados en la zona superior con adobe, que alcanzarían estos unos 2 metros. Realzando los muros, y con la construcción de la torre norte, así como de un segundo muro que servía de parapeto, donde podrían hacer las guardias y la vida urbana sin que nadie pudiese ver quienes y cómo se movían por el espacio. Se contaba también con un contramuro, de unos dos metros de altura y una anchura menos gruesa que los muros defensivos, sobre todo en la zona noroeste. A partir de esos momentos, se podría hablar de que El Molón, pasaría a ser un pequeño oppidum, con una superficie de 2,6 hectáreas, ya que sus murallas fueron levantadas con la única función de servir como defensa del territorio. Por tanto, se demuestra que El Molón se trató de un hábitat estable de cierta entidad.



ÉPOCA ISLÁMICA

Hacia el este desde las vistas estupendas del complejo urbanístico, encontramos un vacío de edificaciones de unos 2.700 metros cuadrados rodeados por un muro muy consistente. Al parecer, se trata de un albacar, que debió utilizarse como encerradero del ganado o también de refugio para los habitantes del entorno en momentos complicados. La parte oriental, también está provista de unas defensas prerromanas, mientras que al sur no haría falta defensa, gracias a las complejidad del terreno para su flanqueo.
En ésta época islámica, ya se podría hablar de El Molón, por su complejidad urbanística como por sus defensas, de un hisn o lugar fortificado.
Aparte de las grande murallas, la elevación de su tamaño original y la eliminación de la puerta principal de madera, en época islámica, no podría faltar una mezquita.




(imagen tomada de http://web.ua.es/es/elmolon/epoca-islamica/la-mezquita-y-su-entorno.html)

Ésta está situada en la zona urbana, aprovechando los cimientos de las casas anteriores, por tanto, una fila de habitaciones rectangulares, concretamente dos de ellas, conforman la mezquita. Se barajó en principio dos posibles entradas al recinto y un mihrab, orientado al este, curiosamente, tenía un recinto anterior a lo que es el espacio de rezo, teniendo esas dos entradas opcionales, pero se descartó esa opción teniendo en cuenta la anchura de esa supuesta segunda entrada, y al parecer, definitivamente se trataba de dos espacios de rezos, de dos mihrab apoyados en el muro de la qibla.

En la zona oeste, existe una antesala, con un pequeño pasillo que conduce a un patio, en este patio se han encontrado restos de inhumación con tres cuerpos en él, tres adultos de esa fase ocupacional. Se trata de una mujer y dos varones, uno de ellos quizás el sacerdote o alto cargo, el santón. Los restos están en posición decúbito lateral orientados al sureste, paralela a la qibla.
Los restos encontrados han sido cuchillos, varillas de hierro, clavos de hierro todo, agujas de hueso, útiles líticos, molinos... todo esto evidencia una actividad necesaria y autónoma de la vida en el cerro, creando lo necesario para su supervivencia, como talleres y labores de molienda.

Dentro de todo ese entramado de edificaciones y edificios de culto, se puede apreciar la urbe, con una calle que atraviesa el cerro, bordeando la cisterna intramuros hasta la puerta principal, con 2m. De anchura y realizada con guijarros y tierra batida, lo que le da una gran consistencia.
De las viviendas, solo se pueden apreciar que se han encontrado los zócalos de mampostería (época celtibérica), y parte de los alzados de adobe (destruidos también por los musulmanes). Los suelos fueron posiblemente de tierra aunque, habían viviendas, (probablemente de mayor calidad) realizados en conglomerado de arcilla y guijarros alisados. En el “lagar”, por ejemplo, se encontró un suelo de piedra en lajas, posiblemente para posibilitar el tránsito de mercancías de su interior.

Gracias a los restos recuperados de 7 individuos en la necrópolis, se pudo estudiar la alimentación de este grupo humano. Se trata de una dieta muy marcada en vegetales y cereales, y algun individuo que había consumido también pescado, (se presume que el pescado pudiese haber sido natural de la antigua zona lagunar de Camporrobles) y siendo casi inexistente la dieta rica en carnes, leche o frutos secos entre otros.

Una zona que desgraciadamente no pudimos visitar, aunque personalmente me hubiese gustado, es la cueva “fuente del Molón”, posiblemente una cueva santuario. Con una longitud de más de 22 metros y una división de dos salas, una de ellas con una cubeta rectangular que conduciría a la otra sala. Se han hallado restos prerrománicos, y hierros de época medieval. Se ha interpretado que quizás sea un lugar de iniciación, culto, etc.


El poblado se abandona en el s.XI y se recupera su actividad durante la guerra civil española como torre de vigía. Existe una torre aun en pie, en su lado más al sur, desde donde se visualiza toda la meseta , estratégicamente muy bien ubicada, teniendo en cuenta que se construye dos pistas de aeródromo militar en Camporrobles.

-Después de descender la ladera, nos tomamos un respiro en el centro de interpretación, y nos pusimos rumbo a reponer fuerzas (tan necesarias en esos momentos) para proseguir con la ruta establecida. Pudimos comer en un restaurante la mar de acogedor, quien muy amablemente nos atendieron pese al numeroso grupo que se presentó a sus puertas. Me llamó la atención sus calles, con sus aceras sin modificar con las nuevas leyes, y su peculiar cartel de membrete de las calles.-
(foto propia)


Finalmente, llegamos a la Solana de las Pilillas...

La Solana de las Pilillas es un yacimiento datado de finales del s.VII al s. V a.e. Se trata de una estructura de entrada, una bodega y cuatro lagares con estructuras propias de cada uno. Son lagares excavados en roca, aprovechando las rocas caídas o desprendidas hace 3000 años de forma natural. Estas rocas más o menos cerca unas de otras, constituyen un lugar para el comercio del vino. La uva es la uva natural de la zona, uva bobal, (también conocida como uva Requena o requení) que aun hoy sigue existiendo como natural de esta parte del Levante español.

Se observa perforaciones en la roca para la prensa y otra como salida del mosto. Justo al lado, se levantaron habitáculos para el almacenamiento de los líquidos en ánforas mayoritariamente.



(imagen propia)

En el camino a su acceso también pudimos ver las huellas cubiertas (para no eliminarlas con los vehículos de hoy día), de los carros que entraban con uva y salían con las ánforas y el líquido. Se supone que la utilización era comunitaria de este lugar.
Uno de esos lagares, se destruyó a conciencia, y está en proceso de restauración, así como los habitáculos encontrados junto a los lagares.
Desde este marco geográfico, pudimos apreciar una pared de roca, procedente de una falla natural con una caída espectacular totalmente vertical al vacío... sin duda algo maravilloso.


La Solana de las Pilillas, está ofertada por la comunidad Valenciana para ser declarada zona de bien cultural con categoría zona Arqueológica, ya que representa los hallazgos más antiguos fechados en esta actividad, en toda la península Ibérica.






BIBLIOGRFÍA CONSULTADA:

LORRIO, J.A.;,ALMAGRO-GORBEA, M., SÁNCHEZ DE PRADO,Mª. D. :”El Molón; Oppidum prerromano y Hisn islámico”: Guía turística y Arqueológica. Camporrobles. 2009.

WEBGRAFÍA:

http://web.ua.es/es/elmolon/el-parque/la-visita.html : consultada el 06/10/2012 a las 15:35
http://www.camporrobles.es/archivos/Marzo%202011.pdf : consultada el 06/10/2012 a las 17:45
http://museoprehistoria.demini.com/ruta_iberica_2.html : consultada el 06/10/2012 a las 18:15