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viernes, 25 de febrero de 2011

Las Caras de Clío

A Lore, con cariño


Reseña 

(Enrique Moradiellos)


(Las Caras de Clío, Enrique Moradiellos)
FICHA BIBLIOGRÁFICA. Moradiellos García, Enrique, Las Caras de Clío. Una introducción a la historia…Ed. Siglo XXI. Madrid, 2001. ISBN: 84-323-1073-5. Pp.318, Precio aproximado del libro, 22 Euros.
PRESENTACIÓN DEL AUTOR.
Conocemos los trabajos de Enrique Moradiellos García –actualmente profesor de Historia contemporánea en la Universidad de Extremadura y, con anterioridad, en la Universidad de Londres y en la Universidad Complutense de Madrid– tanto en su vertiente científico-positiva como en su vertiente gnoseológica y metodológica. Desde un punto de vista gnoseológico y metodológico, hay que destacar la primera versión de Las caras de Clío –que apareció con el subtítulo Introducción a la Historia y a la Historiografía, publicada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo en el año 1992–, donde ya se apuntaban las tesis que ahora se defienden, y El oficio de historiador (Siglo XXI, Madrid 1994). Esta segunda obra es un aprovechable trabajo cuyo objetivo didáctico no empaña en nada sus reflexiones metodológicas e, incluso, diríamos que estas consideraciones didácticas quedan reforzadas por los argumentos gnoseológicos y metodológicos; y aun siendo una obra de carácter universitario su utilización en la enseñanza de la Historia en el bachillerato es de una gran efectividad por la concreción y claridad «procedimental» empleada.
Una de sus primeras obras de Historia propiamente dicha fue Neutralidad benévola: el gobierno británico y la insurrección militar española de 1936 (Pentalfa, Oviedo 1990). Vemos en ella ya los primeros intentos de aunar reflexión gnoseológica con investigación e indagación histórica, pues Enrique Moradiellos nos presenta en las primeras páginas su clara intención –que se hace patente en el mismo ejercicio de la obra– de situarse en una perspectiva fenoménica –Historia fenoménica– sin abandonar el compromiso con una perspectiva materialista ligada a la idea de verdad histórica. A Neutralidad benévola han seguido un conjunto de obras sobre la España contemporánea (en concreto sobre las dimensiones internacionales de la Guerra Civil) hasta llegar a la recentísima biografía del general Franco.
En fin, un autor prolífico, pese a su juventud, que aprovecha sus conocimientos prácticos de historiador para llevar a cabo una reflexión de segundo grado sobre la misma ciencia histórica; pero ha de repararse en que lo que nos ofrece no es una ristra de consideraciones más o menos evidentes, producto de la síntesis de su labor empírica, sino una reflexión que forma un cuerpo filosófico compacto y coherente. Este tipo de planteamientos no suele ser lo común, no ya en las ciencias históricas, sino en ningún tipo de campo categorial, siendo lo más socorrido una suerte de eclecticismo que, cuanto más, podría ser denominado como «filosofía de los científicos», entendiendo filosofía en un sentido mundano, alejada de los canales y cauces de la Academia. La prueba está en que incluso un autor citado en esta obra de Moradiellos como es Aróstegui , aun tocando los mismos temas que desarrolla Moradiellos no llega a la misma profundidad que éste, dicho sin perjuicio de las interesantísimas aportaciones de su obra. Así pues, Las caras de Clío constituyen una obra singular en el panorama de las publicaciones sobre metodología de la Historia; singular por la clara y distinta disociación que ejecuta el autor y por el manejo de un sistema filosófico no muy usado entre los científicos.


RESUMEN TEMÁTICO GLOBAL. 
Las caras de Clío se encuadra en al ámbito de la historiografía, y como bien justifica su título se puede considerar un manual de  “introducción a la Historia”. Pero una introducción desde una perspectiva gnoseológica- presente y justificada en todo el texto- apoyada en una exposición clara, contundente y argumentada al compás de una prolija casuística y anotaciones que dan lugar a una cómoda lectura. Como resumen general de  la obra en un párrafo, podemos decir que el autor hace un recorrido por los cambios de naturaleza que ha experimentado la Historia desde sus comienzos como género literario, hasta su condición de ciencia humana.
Con ese propósito, (de manual) sus páginas ofrecen a los lectores una exposición sintética de los fundamentos científicos de la de la tradición historiográfica desde sus comienzos en la Antigüedad clásica hasta finales del siglo XX.
Podemos hablar de una concepción de la Historia elaborada desde la filosofía del materialismo gnoseológico, rica en detalles y sugerencias. Aunque el autor no olvida la disociación entre ésta y el plano o perspectiva metodológica- empírica. Así la obra constituye una singularidad en el ámbito de las publicaciones sobre la metodología de la Historia, entre otras cosas por el manejo filosófico que presenta el autor a lo largo de su exposición.
El libro que en su suerte de manual histórico, parece estar dirigido a los estudiantes que se inician en la materia(o, en otros casos a interesados por la historia) comienza tratando de responder a los siguientes interrogantes críticos: ¿Qué es la Historia? ¿Para qué sirve? ¿Cómo se ha configurado y evolucionado? La obra de 318 páginas, presenta un prólogo, un índice, una nota de orientación bibliográfica y una extensa bibliografía. Se estructura en siete capítulos, los dos primeros capítulos están dedicados a la Historia como una de las ciencias sociales o humanas. Los restantes capítulos hasta nuestros días, tratan de señalar los profundos cambios de naturaleza sufridos por la Historia hasta su condición de ciencia humana.

EXÁMEN CRÍTICO.
En el mismo índice del libro y siguiendo la unidad temática de la obra podemos valorar después de la lectura de la misma los siguientes aspectos.
Así, distinguimos una primera parte meta-historiográfica (filosófica, gnoseológica) comprendida por los tres primeros capítulos, en la que Moradiellos dibuja el plano gnoseológico de la Historia desde la perspectiva del Materialismo filosófico.
Así, en el primer capítulo resulta de interés la idea y la concepción histórica del pasado expuesta por Moradiellos y fundamentada en palabras de Ortega y Gasset, (pág. 1) en la que se justifica que el pasado comunitario es una necesidad social. Al igual que en las siguientes tres citas (pág. 3) con Polibio, Robert Leiris y Geroge Orwel en las que todos ellos coinciden en la importancia del pasado en aras a la solución a la pregunta que se plantea el autor en este apartado.
También contrapone el conocimiento histórico- racional frente al mítico-legendario para ello se basa en Cicerón, Vilar y Pietri (pág. 3). El autor se detiene en su redacción para hacer referencia a todo aquello que abarca el vocablo “Historia”. Seguidamente trata el papel de la Historia en la enseñanza, la misma como asignatura.
Llegamos así al final de este primer capítulo en el que el autor, vuelve a centrarse en la importancia socio-política de la historia (el papel que juega el pasado en nuestra historia.) Desde el principio de este apartado hasta el final, Moradiellos habla de las tentativas de los historiadores a la deformación u olvido de su “”incómodo pasado” y se basa, como él mismo lo describe, en el caso más significativo proporcionado por Ersnt Nolten en la entonces Republica Federal Alemana. Una polémica comenzada en 1986 en las que el autor conservador realiza una comparativa entre la barbarie de la Alemania nazi con otras barbaries sucedidas en otros países. Con este texto Nolten, fue acusado de intentar expiar los crímenes nazis.
En el segundo capítulo de la obra se expone en primer lugar la relación de los vocablos: historia – Ciencia. Lo hace el autor desde la Teoría del conocimiento o lo que es lo mismo la Gnoseología. Así expone tanto las definiciones de Historia como las acepciones que reúne el vocablo Ciencia. Continúa con la concepción dualista de la Historia fundamentadas en las citas de Cardoso y Aróstegui. (v. p. 15).
Llegamos a la presentación de las corrientes teóricas sobre la naturaleza de la ciencia: descriptiva, teoreticista, ligada a Karl Popper (1902-1994), adecuacionista (heredera de las ideas de Aristóteles) y la última corriente, el circularismo (elaborada por el filósofo español, Gustavo Bueno)
En el siguiente apartado del capítulo 2, Entidad y función de las ciencias categoriales, destaca la división tripartita que se da de las ciencias desde un punto de vista gnoseológico, afirmando así que las ciencias se organizan en tres dimensiones o ejes genéricos: el eje sintáctico, el eje semántico y el pragmático.
En la página 25, último párrafo, Moradiellos expone los dos principios que tienen que darse en toda ciencia, el principio semántico y el determinista- genético.
Comienza el tema 3  con la dicotomía y diferenciación entre las ciencias naturales y las humanas. En palabras de Moradiellos esta distinción entre ambos grupos de ciencias constituye uno de los temas más polémicos y difíciles de las investigaciones gnoseológicas desde finales del siglo XVIII. En la página 29, nos presenta el criterio de demarcación gnoseológico entre ciencias naturales y ciencias humanas podría establecerse atendiendo al modo de operar respectivo. Por una parte, en  las Ciencias Humanas  se da la presencia de sujetos humanos que realizan operaciones. Y en las ciencias naturales no aparecen formalmente sujetos operatorios, sino elementos que se mueven según patrones mecánicos o recurrentes y rutinarios. Esta diferencia nos lleva a  dos diferentes metodologías operativas científicas: la Alfa(A) y la beta (B): … procedimientos en los cuales las operaciones del científico reconstruyen o reactualizan (de forma esencial) las operaciones realizadas por los sujetos a quienes estudia, de modo que el científico «comprende» y «explica» las operaciones del sujeto construyendo o reactualizando a su vez otras operaciones análogas. (v. pág. 30).
Una vez expuesta la teoría anterior, el autor encuadra a la Historia dentro de las ciencias humanas, cuya metodología es Beta, y así nos introduce durante todo el epígrafe siguiente en la importancia del concepto de “reliquias,” en palabras del propio autor: … aquellos restos y trazas del Pasado que perviven en nuestro presente en la forma de residuos materiales, de huellas corpóreas, de vestigios y trazas físicas, de ceremonias y ritos, en una palabra de «reliquias» (relinquere: lo que permanece, lo que resta). Esos residuos que permiten la presencia del Pasado son el material sobre el que trabaja el historiador y con el que construye su historia. Al mismo tiempo atiende a la tarea del historiador (heurística), que en pocas palabras no es otra que la de saber o diferenciar cuáles son esas reliquias a través de las cuales se estudia la Historia. Encontramos la exposición de Croce, sobre esta tarea ( pág. 40,):… la tesis tradicional del «presentismo» formulada por Benedetto Croce (1866-1952), según la cual «toda Historia es historia contemporánea», adquiere una significación gnoseológica notable: la historia se hace desde el presente de las reliquias[1].
 Cabe destacar la exposición de Moradiellos sobre el procedimiento hermenéutico propio de la investigación histórica, esa “reactualización hermenéutica” justificado en las citas de Collingwood, de Enrique Cerillo y de Oakly (págs. 36-37).
Para finalizar este apartado, el autor apunta la presencia de tres principios axiomáticos y categoriales imprescindibles para la conformación de la Historia como ciencia científico- humanista. Estos principios son: el semántico, el determinista- genético y el de significación temporal irreversible.
Trata el autor en las siguientes páginas la oralidad frente a la escritura y la Historia clásica en Grecia y Roma, titulando así el segundo epígrafe del capítulo 4.
Hay una segunda parte, propiamente historiográfica, que comprende los capítulos cuatro, cinco y seis, donde se recorre –en sus propias palabras– la historia de los relatos históricos y sus autores. Pero Enrique Moradiellos no sólo nos sitúa ante los hechos historiográficos sino que también nos los presenta bien mediante un diagnóstico gnoseológico o aproximándonos a su significado historiográfico; así, localiza los inicios de la Historia como ciencia en las técnicas de registro (estelas, inscripciones, listas de reyes) y señala la cristalización del género de literatura histórica en Grecia, a la par que el surgimiento de las ciencias (Geometría, Aritmética) y de la Filosofía.
Desglosemos un poco más este resumen introductorio a esa suerte de segunda parte que hemos planteado en el siguiente trabajo. Comenzamos con la importancia y la notable presencia de una cosmovisión teológica presente, nos solo en la Historia como ciencia, sino en todas las ciencias restantes y la realidad histórica. El autor nos presenta un recorrido a través de las etapas históricas: Edad Media, Renacimiento, Ilustración, del estado y las transformaciones que va sufriendo esa visión teológica, tan arraigada en la Edad Media, hasta su descenso, - pero no, desaparición- en la Ilustración.
Entramos en la Edad Media con la concepción lineal del tiempo, y la gran importancia que  tuvo la cronología en esta época. De los cronistas cristianos un modelo y referencia fue Eusebio (circa 260-340), obispo de Cesárea, en su obra Chronographia, escrita en griego. Además se trata del iniciador de dos géneros la Historia eclesiástica y la Hagiografía. Moradiellos analiza junto al padre de los cronistas cristianos a otros, pasando por las crónicas alto –medievales y las primeras obras musulmanas.
Se observa un cambio en la concepción del tiempo, pasando en el Renacimiento a una temporalidad secuencial, y la creación del reloj, L.Humford. Pero los dos grandes acontecimientos que nos presenta el autor, son  la aparición de la imprenta, con  la consecuente divulgación de las obras de todo tipo, y la recepción de obras clásicas.
En España  se genera una producción historiográfica  similar a la de Herótodo, y se da la incorporación de temas geográficos, naturalistas y etnográficos en la narración histórica: la llamada Cronística de Indias.
Como nos explica el autor, del afán por obtener el sentido literal de los textos fue desprendiéndose la disciplina histórica que habría de estar en el origen de la historia científica del siglo XIX: la erudición crítica documental. Esta crítica también fue deudora del trabajo de los denominados anticuarios,- los cuales generaron a lo largo del XVIII multitud de diccionarios, colecciones y repertorios que clasificaban las antigüedades artísticas, literarias y arqueológicas-  o los estudiosos de reliquias, de entre los que destaca Flavio Biondo. Pero al final del epígrafe, Moradiellos nos asegura que el surgimiento de la ciencia de la Historia, tal y como la conocemos actualmente, no tuvo lugar hasta finales del XVIII y principios del XIX.
En el periodo de la Ilustración el tiempo se convirtió en la práctica hagiográfica, en un instrumento identificado con la cronología. A lo largo del epígrafe que el autor dedica a la ilustración, redacta la influencia de este periodo y los efectos fundacionales de la misma. Así realiza un recorrido, comenzando por el surgimiento de la filosofía de la Historia en Francia, teniendo a la cabeza a Voltaire (1694-1779), y su comparación entre la Historia escrita al modo clásico y su “Historia razonada” (pág.80).  Nos apunta a los historiadores británicos, también influenciados por la Ilustración, como: Hume, Robertson, Gibbon.
Frente a la universalidad y atemporalidad de la razón ilustrada, y su concepción individualista del hombre como sujeto, fue contraria la escuela alemana de Gotinga, que propició unos trabajos locales que atendían al particularismo del Volksgeist (espíritu del pueblo) centrados en cada área y época. El filósofo J.G.Herder desde el Volkstgeist – al que convirtió en una categoría de unidad orgánica colectiva de la historia - conformaba al individuo mediante un lenguaje común, formas literarias y artísticas… (pág.82)
Pero la moderna Historia no aparecerá hasta el siglo XIX en Alemania, de la mano de la Escuela de Gotinga, primero, y, posteriormente, con Leopoldo von Ranke, con el que da el encabezamiento del tema 5 de su obra titulado: A la sombra de Ranke: la cristalización de las ciencias históricas en el siglo XIX y cuya teoría descripcionista de la Historia queda resumida en una conocida frase: «lo que realmente sucedió». A partir de este momento, (hasta el último tema no incluido) Moradiellos hace el recorrido del siglo XIX (influencia del nacionalismo en España, Estados Unidos y Francia e institucionalización de la Historia, influencia de Marx) y del siglo XX (crítica al paradigma positivista - descripcionista, aparición de la Historia económica y social, escuela francesa de Annales, la influencia de la historiografía británica y la cliometría norteamericana).
Es en Alemania donde se da el surgimiento de la moderna ciencia de la Historia a principios de XIX. El autor nos habla de la “mutación trascendental”que se da al afirmarse que la Historia razonada y documentada comenzó a suplantar a la mera crónica de mayor o menor complejidad compositiva, narrativa o erudita. Así nos aporta cronológicamente los autores que influyeron o participaron en esta mutación, comenzando con el pionero Barthold Georg Niebuhr (1776-1831), con el uso del «método histórico crítico» en sus trabajos (el examen y análisis crítico, filológico y documental, de las fuentes históricas materiales) y su posterior utilización sistemática como base de una narración que «debe revelar, como mínimo las conexiones generales entre los acontecimientos».
Seguido a Niebuhr destaca la figura del autor que nomina este epígrafe, Leopoldo von Ranke (1795-1886), cuya influencia sobre el desarrollo de las ciencias históricas, en Alemania y fuera de ella, es bien conocida. Nos parece oportuno colocar la cita más célebre del autor: A la historia se le ha asignado la tarea de juzgar el pasado, de instruir al presente en beneficio del porvenir. Mi trabajo no aspira a cumplir tan altas funciones. Sólo quiere mostrar lo que realmente sucedió (wite es eigentlich gewesen) (pág.86). Moradiellos nos coloca, a lo largo del capítulo, a los siguientes autores destacados en el tema, partidarios y no partidarios de los postulados rankeanos.
Cabe destacar la mención que hace el autor hacia la filosofía de la historia, o lo que es lo mismo, lo que se denominó historicismo, “(los hechos y situaciones pasadas son únicos e irrepetibles y no pueden comprenderse en virtud de categorías universales sino en virtud de sus contextos propios y particulares».)” al que coloca en los orígenes de de los trabajos de la escuela de Gotinga y el las influyentes obras de Möser y Herder. Surge como una manifestación de la reacción conservadora frente al racionalismo universalista de los liberales ilustrados que triunfó plenamente en la Europa de la Restauración (1815-1848). Continúa Moradiellos su exposición y dedica el apartado II del tema 5  a la presentación y desarrollo de las escuelas históricas decimonónicas.
De la mano del autor, comenzamos el epígrafe siguiente en la segunda mitad del siglo XIX, con la figura del filósofo revolucionario alemán Karl Marx (Tréveris, 1818 - Londres, 1883), y su filosofía de clara implantación política y decidida vocación revolucionaria. Inicialmente entendemos  por marxismo el corpus de escritos elaborados por Marx, sólo o en colaboración con su compatriota y amigo Friedrich Engels (1820-1895). Marx acabó formulando una filosofía de la historia que denominó «concepción materialista de la historia» (conocida luego por sus seguidores como «materialismo histórico»).
Pero tal y como nos lo expone Moradiellos en párrafos posteriores, esta segunda mitad del siglo no se caracteriza por su influencia marxista, salvo algunos casos puntuales ( por ejemplo, la importancia que tuvo en el desarrollo del pensamiento sociológico del alemán Max Weber (1864-1920) o en la filosofía y obra histórica del italiano Benedetto Croce (1866-1952), aunque posteriormente tallaron sus propias ideas y conceptos), ya que la mayor parte de los historiadores se mantienen en sus concepciones filosóficas y técnicas de trabajo ligadas a la tradición rankeana. El momento del marxismo será en la primera década del siglo XX.
Llegamos así a la aparición de la historia política y social, gracias a la denominada Escuela de Annales.  Así los historiadores de la misma se volcaron  a estudiar, con métodos innovadores, procesos de larga y media duración sobre marcos geográficos precisos y asuntos poco tradicionales y metapolíticos. El fenómeno dio lugar a dos consecuencias conexas que transcribiremos directamente de la obra Moradiellos:
En primer lugar, los analistas acudieron a la estadística como único medio para penetrar y descubrir la «larga duración» o la «coyuntura», y así se constituyó la «Historia serial», definida por Pierre Chaunu como «una Historia interesada menos por los hechos individuales [...] que por los elementos que pueden ser integrados en una serie homogénea».
La segunda consecuencia del rumbo impreso por Braudel fue el redescubrimiento y ampliación del temario de la Historia cultural bajo la rúbrica de «Historia de las mentalidades». Este viraje se apoyaba en la diferencien establecida en 1932 por el sociólogo Theodor Geiger entre «ideología» (como sistema elaborado de creencias y conceptos que explican el mundo a quien la sustenta) y «mentalidad» (un complejo de opiniones y creencias colectivas inarticuladas, menos deliberadas y reflexivas que las primeras y más «populares»)[2].
Posteriormente a su surgimiento y auge, los Annales, fue decreciendo en beneficio de otras corrientes renovadoras procedentes al comienzo, sobre todo, del área anglófona. Así, el privilegio de la Historia económica y social fue cediendo paso a una Historia de las mentalidades concebida casi como Antropología retrospectiva del ámbito de la cultura material y simbólica de las sociedades.
Antes de adentrarse en lo que nuestro autor denomina cliometría norteamericana,  (pág.121) retoma la idea expuesta anteriormente sobre el verdadero triunfo del marxismo en el  XX,  y llegamos a una  historiografía de corte marxista  que se expande en Gran Bretaña y en Francia- aunque en esta última la historiografía de tradición marxista estuvo limitada por la influencia del filósofo Louis Althusser (1918-1990)- después de la Segunda Guerra Mundial. Destacan, entre los británicos,  el grupo de historiadores que conformaban la revista Past and Present: (hito de la renovación de los estudios históricos británicos) Veré Gordon Childe, Rodney Hilton, Christopher Hill, Eric J. Hobsbawm; Maurice Dobb. A su lado cooperaron historiadores y profesionales de las ciencias sociales: Geoffrey Barraclough, R. R. Betts y A. H. M. Jones.Sus contribuciones más destacadas se sitúan en el ámbito de la historia social y cultural británica y europea desde la Edad Media hasta la época contemporánea.
 La investigación cliométrica consiste en la utilización de un método cuantitativo y la aplicación de ciertos modelos teóricos- matemáticos explícitos en el tratamiento de los datos recogidos y elaborados. Como bien apunta nuestro autor, esta gran corriente de investigación histórica surge en los Estados Unidos, sobre 1958 con los trabajos de Conrad y Meyer,  y conforma la denominada “Nueva Historia Económica” , también Historia cuantitativa o como versa el título de Moradiellos: cliometría.
Al final del siguiente apartado (pág.126) Moradiellos afirma que, “el último rasgo que ha caracterizado al desarrollo de la historiografía occidental desde la pasada década de los años ochenta ha sido el acercamiento a los métodos y técnicas de los estudios antropológicos y literarios.”
El capítulo séptimo constituye la tercera parte -de la estructuración temática que hemos ofrecido en esta reseña,-  porque el autor ya no hace Historiografía stricto sensu sino que entra a analizar y a criticar las distintas corrientes historiográficas que pugnan hoy entre sí afectando a la práctica y a la teoría de la Historia. Y, tras hacer un croquis de la situación, localiza acertadamente las fallas filosóficas que amenazan el asiento del edificio de la Historia a punto de desmoronarse. El diagnóstico es revelador: «fue en el ámbito de la Historia intelectual donde comenzaron a hacer mella las corrientes filosóficas de orientación lingüística que pretenden cuestionar o destruir los fundamentos racionales y operativos sobre los que se apoya la práctica historiográfica desde el siglo XIX. Moradiellos, apuesta por una Historia crítico-racionalista.
CONCLUSIÓN.
Las Caras de Clío está conformada en principio como una especie de manual de historia, dirigido a priori a estudiantes o expertos  interesados en la materia. En pos a esta calificación el autor presenta una redacción cronológica, apoyada en una gran cantidad de citas y trabajos relacionados con la materia. Pero es una obra, que a pesar de su densidad y tecnicismo, es clara, contundente y muy interesante que puede llegar a otro tipo de lectores que simplemente sienta interés por la Historia.
Moradiellos realiza un trabajo ambicioso en ese recorrido que hace partiendo de las preguntas pertinentes con las que comienza su obra: ¿Para qué la Historia? Hasta llegar a la justificación más que evidente y, apoyada por una argumentación soberbia, de la constitución de la Historia como ciencia humana.





jueves, 10 de febrero de 2011

Zeitgeist


En este espacio, quiero hacer eco de unas palabras que “tomo prestadas” de un documental que me ha mostrado información que aun no había podido obtener. Quiero colgar para mis amigos, la reflexión que les pongo a  continuación. Les invito a que si tienen algo más que aportarme con respecto al texto siguiente, lo hagan sin dudarlo.

…“Lo encontrarán difícil aquellos que han tomado la autoridad como la verdad. En lugar de la verdad como autoridad.”
G, Massey, egiptólogo.

La religión ha logrado de veras convencer a la gente de que hay un hombre invisible que vive en el cielo, que observa todo lo que tú observas, cada simple instante de cada día. Y el hombre invisible tiene una lista especial de diez cosas que no quiere que hagas. Y si haces algunas de esas diez cosas, tiene un sitio especial, lleno de fuego y humo, y personas que queman, y tortura, y angustia, donde te enviará a vivir y sufrir y a quemarte, y ahogarte, y a gritar y llorar, ¡para siempre jamás, hasta el final de los tiempos!
¡Pero te ama!
¡Te ama y necesita dinero, siempre necesita dinero! Es omnipotente, perfecto, omnisciente, y sabio ¡pero por algún razón… no sabe prescindir del dinero! Las instituciones religiosas reciben miles de millones de dólares, no pagan impuestos, y siempre necesitan un poco más.

Parte I: La historia más grande jamás contada.

Este es el sol. Ya desde 10 mil años antes de Cristo. La historia es abundante en esculturas y escrituras que reflejan e respeto y la adoración de las personas por este objeto, y es fácil de entender el por qué, visto que cada mañana el Sol aparece, llevando consigo la luz, el calor, y la seguridad al hombre salvándolo del frio, de la oscuridad, y de las tinieblas pobladas de predadores de la noche. Sin ello, las antiguas culturas entendieron que las cosechas no crecerían, y la vida sobre el planeta no habría sobrevivido.  Estas realidades han hecho del Sol, el objeto más adorado de todos los tiempos.
Del mismo modo, también fueron conscientes de las estrellas. El estudio de las estrellas les permitió reconocer y predecir acontecimientos que ocurrieron en largos períodos de tiempo, como los eclipses y las lunas llenas. Catalogaron grupos celestes de aquello  que hoy conocemos como constelaciones.




Esta es la cruz del zodiaco, una de las imágenes conceptuales más antiguas de  la historia humana. Muestra el sol mientras figurativamente, pasa por las 12 mayores constelaciones en el curso del año. También refleja los 12 meses del año, las 4 estaciones y los solsticios y equinoccios. El término zodíaco se debe al hecho que las constelaciones fueron antropomórficas, o personificadas, como figuras o animales. En otras palabras, las antiguas civilizaciones no s limitaron solamente a seguir el sol y las estrellas, personificaron con mitos elaborados que reflejaron sus movimientos y relaciones. El sol, con sus calidades de portador de vida y salvador de la vida, fue representado como representante del invisible creador o Dios. También fue conocido como dios sol, la luz de mundo, el salvador de la humanidad. Del mismo modo, las 12 constelaciones representaron los sitios que el dios sol visitó y fueron identificados por el nombre, generalmente representando sucesos naturales que ocurrían durante ese período del año. Por ejemplo, acuario, el portador de agua, que traía las lluvias primaverales.



Este es Horus.
Es el dios de sol del Egipto del 3000 a. C.
Es el sol antropomorfizado, y su vida es una serie de alegorías mitológicas que tienen que ver con sus movimientos en el cielo. Gracias a los antiguos jeroglíficos egipcios sabemos mucho sobre este mesías solar. Por ejemplo, Horus, siendo el sol o la luz, tuvo un enemigo conocido como Set.




 Y Set fue la personificación de la oscuridad o noche. Y metafóricamente hablando, cada mañana Horus vencía la batalla contra set, mientras que por la tarde, set vencía sobre Horus mandándolo al mundo subterráneo. Es importante notar que “oscuridad contra luz” o “bueno contra malo” siempre ha sido una de las dualidades mitológicas más conocidas y es expresada hoy en día de muchos modos. 

Hablando en general la historia de Horus es como sigue:
Horus nació el 25 de diciembre de la virgen Isis-Meri. Su nacimiento fue acompañado por una estrella en el este, que a la vez, tres reyes siguieron para encontrar y  adorar al nuevo salvador. A la edad de 12 años fue un niño maestro, y a los 30 años fue bautizado por una figura conocida; Anupp y empezó así su ministerio. Horus tuvo a 12 discípulos que viajaron con él, hizo milagros como curar a los enfermos y caminar sobre el agua. Horus fue conocido por muchos hombres como la verdad, la luz el sagrado hijo de dios, el buen pastor, el cordero de dios y muchos otros. Después de haber sido traicionado por Typhon, Horus fue crucificado enterrado por 3 días y después, resucitó.


Estas cualidades originales de Horus, al menos parecen permanecer en muchas culturas en el mundo, puesto que aparecen en muchas otras divinidades  generalmente con la misma estructura mitológica. 



Attis de Frigia, nacido por la virgen Nana el 25 de diciembre, crucificado, enterrado y después de 3 días, resucitó. (1200 a. C. Grecia)



Krishna india 900 a.C.
Krishna de la India, nacido de la virgen Devaki con una estrella des este que señaló su llegada, hizo milagros con sus discípulos, y a su muerte resucitó. 



Dionysus, Grecia- 500 a.C.
Dionisio de Grecia, nacido por una virgen el 25 de diciembre, fue un viajero-maestro e hizo milagros como transformar agua en vino, fue llamado “Rey de los Reyes”, el único Hijo de Dios, el Alpha y la Omega, y muchos otros, y a su muerte resucitó.



Mithra Persia-1200 a. C.
Mitra de Persia, naciendo por una virgen el 25 de diciembre, tuvo 12 discípulos e hizo milagros, y a su muerte fue enterrado 3 días y después resucitó, también fue llamado la verdad, la luz y muchos otros.  Interesante el hecho que el día sagrado dedicado a Mitra fue el domingo.

La evidencia es que ha habido numerosos salvadores, en diferentes períodos en todo el mundo, que tienen las mismas características.  La pregunta que queda es: ¿por qué estas características, por qué nacidos de una virgen el 25 de diciembre? ¿Por qué muerto por tres días e inevitablemente resucitado, por qué 12 discípulos?
Para descubrirlo, examinamos al más reciente de los Mesías solares.



Jesucristo, nacido de la virgen María el 25 de diciembre  en Belén, su nacimiento fue anunciado por una estrella en el este que tres reyes o magos siguieron para encontrar y adorar al nuevo salvador. Fue un niño-maestro a la edad de 12 años a los 30 años fue bautizado por Juan el Bautista, y así empezó su ministerio. Jesús tuvo a 12 discípulos con los que viajó haciendo milagros como curar a los enfermos, caminar sobre el agua, despertar a los muertos, y también, fue conocido como “Rey de Reyes”, ”el Hijo de Dios”, “la luz del mundo”, “el Alpha y la Omega”, “el cordero de Dios” y muchos otros. Después de haber sido traicionado por su discípulo judas y vendido por 30 piezas de plata, fue crucificado puesto en una tumba y después de 3 días resucito y ascendió al cielo.
Por encima de todo, la secuencia del nacimiento es completamente astrológica.



 La estrella del este es Sirio, la estrella más luminosa del cielo nocturno, que, el 24 de diciembre, se alinea con las tres estrellas más brillantes del cinturón de Orión.  Estas 3 estrellas son llamadas hoy como vinieron llamándose en la antigüedad, los tres reyes.  Los tres reyes y la estrella más luminosa, sirio, todas apuntan al lugar en que el sol sale el 25 de diciembre.  Esto es porque los tres reyes, siguen, la estrella del este, con el objetivo de encontrar l lugar del sol naciente… el nacimiento del sol.

La virgen María es de la constelación virgo, también es conocida como virgo la virgen, virgo en latín, significa virgen. El antiguo símbolo de virgo es la “M” modificada.



 Esta es la razón por la que María junto a las otras madres vírgenes, como Myrra, la madre de Adonis, o Maya la madre de Buda, empiezan con “M”.
Virgo también es a veces llamado “como la casa del pan”, y la representación de virgo es una virgen con un haz de trigo. Esta casa del pan y el símbolo del trigo, representan agosto y septiembre, el tiempo de la recolección. Belén además se traduce literalmente como “casa del pan”. Belén es, por lo tanto, una referencia a la constelación virgo, un lugar en el cielo, no sobre la tierra.
Hay otro fenómeno muy interesante que ocurre el 25 de diciembre, el solsticio invernal. Del solsticio veraniego  al invernal, los días se vuelven más cortos y fríos. Desde la perspectiva del hemisferio norte el sol parece moverse hacia el sur, volviéndose cada vez más pequeño acortándose los días y llegando el fin de las cosechas. Con su llegada, el solsticio invernal simbolizó el proceso de la muerte.  Fue la muerte del sol. 15 de diciembre.



Antes del 22 de diciembre, la muerte del sol fue observada completamente, y puesto que el sol se mueve hacia el sur continuamente por 6 meses, también es el día en que se encuentra en el punto más bajo en el cielo. Aquí ocurre una cosa extraña: el sol deja de moverse hacia el sur, al menos por lo que se puede percibir, por 3 días. Durante estos 3 días de pausa, el sol reside en las vecindades de la constelación conocida como “Cruz del sur”. 



Después de este tiempo, el 25 de diciembre, el sol se mueve 1 grado, esta vez al norte, llevando consigo días más largos, el calor y la primavera. Por tanto, se dijo: el sol ha muerto sobre la cruz, ha quedado muerto por 3 días, y ha resucitado ha vuelto a nacer. Esta es la razón por la que Jesús y otros numerosos dioses del sol comparten la crucifixión, la muerte por 3 días, y el concepto de resurrección es el periodo de transición después de que el sol cambia de dirección hacia el hemisferio norte del planeta, llevando la primavera y la salvación. En todo caso, no celebraron la resurrección del sol sino hasta el equinoccio de primavera o Pascua. Esto es debido al hecho que en el equinoccio de primavera, oficialmente el sol derrota las fuerzas de las tinieblas, y el día se vuelve por tanto, más largo en duración que la noche y las condiciones revitalizantes de la primavera emergen. 



Ahora probablemente lo más obvio de todo el simbolismo astrológico alrededor de Jesús concierne a los 12 discípulos. Son sencillamente las 12 constelaciones del zodíaco, con lo que Jesús, siendo el Sol, viaja acompañado de ellas, en efecto, el número 12 es repetido muchas veces en toda la biblia.
(12 tribus de Israel, 12 hermanos de José, 12 jueces de Israel, 12 grandes patriarcas, 12 profetas, 12 reyes de Israel 12 príncipes de Israel).
Volviendo a la cruz del zodíaco, la vida figurativa del sol, no fue solo una expresión artística o un instrumento para trazar los movimientos del sol. También fue un símbolo espiritual pagano, cuya versión simplificada parecía esto. 




Este no es un símbolo cristiano. Es la adaptación pagana de la cruz del zodíaco – también denominada como cruz gótica-. Colgada como estandarte en cientos de edificios y templos cristianos. Es por esto que Jesús en el temprano arte oculto es mostrado siempre con su cabeza sobre la cruz,  porque Jesús es el sol, el dios sol, la luz del mundo, el salvador levantado quien voluntariamente “viene otra vez” como cada mañana, la gloria de dios que protege contra las obras de la oscuridad, cuando es “naciendo otra vez” todas las mañanas, y puede ser visto “como viene en las nubes”, en el cielo, con su corona de espinas””, o rayos de sol.


Ahora, de las muchas metáforas astrológicas –astronómicas en la biblia, una de las más importantes tiene que ver con las edades. Durante toda la escritura hay referencias numerosas a las “edades” para comprender esto, tenemos que estar familiarizados con el fenómeno conocido como la precesión de los equinoccios.

 Los antiguos egipcios junto con culturas mucho más antiguas que ellos, supieron que cada 2150 años el amanecer en la mañana del equinoccio de primavera, ocurre en un signo diferente del zodíaco. Esto tiene que ver con un lento bamboleo que mantiene la tierra al rotar sobre su eje. Es llamado precesión porque las constelaciones se van retrasando, en vez de atravesar el ciclo normal anual. La cantidad de tiempo que necesita la precesión para  pasar por los 12 signos es, aproximadamente, 25.765 años. Esto también es llamado el “Gran Año” y las sociedades antiguas eran muy conscientes de esto. Hicieron referencia a cada periodo de 2150 años como una “edad”. De 4300 a. C. al 2150 a. C., fue la edad de Tauro, el toro.  De 2150 a. C. al 1 d. C. fue la edad de Aries, el carnero, y de 1 d. C. al 2150 d. C. es la edad de Piscis, la edad en la que estamos todavía hasta el día de hoy. Y alrededor de 2150, entraremos en la nueva edad, la edad de Acuario. Ahora, la biblia refleja, hablando en general  un movimiento simbólico a través de 3 edades, mientras anuncia una cuarta.
En el viejo testamento, cuando Moisés desciende del Monte Sinaí con los 10 mandamientos, está muy contrariado por ver a sus gentes venerar un becerro de toro dorado. A decir verdad, hizo añicos las tablillas de piedra y ordenó a sus gentes que se mataran para purificarse. (Éxodo 32)



La mayoría de los eruditos bíblicos atribuirían esta cólera al hecho que los israelitas estaban venerando a un ídolo falso, o algo por el estilo. La realidad es que el toro dorado es tauro, el toro, y moisés representa la nueva edad de Aries el carnero. Esta es la razón por la cual los judíos incluso todavía hoy, soplan el cuerno del carnero. Moisés representa la nueva edad de Aries, y en esta nueva edad, todos deben liberarse de la vieja edad. 


 
Las otras deidades marcan estas transiciones igualmente, como mitra un dios pre-cristiano que mata el toro, con la misma simbología.  Ahora Jesús es la figura que conduce a la edad que le sigue a Aries, la edad de piscis o los dos peces. El simbolismo de pez es muy abundante en el nuevo testamento, cuando Jesús alimenta a 5000 personas con pan y “2 peces”, cuando empieza su ministerio caminando a lo largo de Galilea, se hace amigo de dos pescadores, que lo siguen. Y creo que todos hemos visto el pez-Jesús en la trasera de los coches de mucha gente. 



 Aunque pocos saben lo que significa realmente. Es un simbolismo astrológico pagano para el reino del sol durante la edad de piscis. También la presunta fecha de nacimiento de Jesús es esencialmente el principio de esta edad.  En Lucas 22:10 cuando Jesús es preguntado por sus discípulos donde estaría en la próxima pascua después de marcharse, Jesús responde: “contemplad cuando este estés entrando en la ciudad, allí conocerás a un hombre llevando un cántaro de agua… síguelo hasta la casa donde entre”; esta sagrada escritura es con mucho una de las más reveladoras de todas las referencias astrológicas.  El hombre que lleva  un cántaro de agua es Acuario, el portador del agua, que es descrito como un hombre que vierte una jarra de agua permanente.



Representa la edad después de Piscis, y cuando el sol (el Dios Sol) deja la edad de Piscis (Jesús), entrará en la casa de Acuario, 2150-4300 d. C., porque Acuario sigue a Piscis en la precesión de los equinoccios.  Todo lo que Jesús está diciendo es que después de la Edad de Piscis vendrá la Edad de Acuario.
Ahora, todos hemos oído hablar del final de los tiempos y del fin del mundo. Aparte de las representaciones de historieta en el libro de la Revelación, la fuente principal de esta idea es Mateo 28:20, donde Jesús dice: “estaré con vosotros hacia el final del mundo”. Sin embargo, la versión del rey Jaime, “mundo” es una mala traducción entre muchas malas traducciones. La palabra verdadera que está usando es “Eón”, que significa “edad”. “Estaré con vosotros incluso hasta el final de la edad”, lo que es verdad, pues la personificación solar de piscis de Jesús terminará cuando el sol entre en la edad de Acuario. En su totalidad, el concepto de fin de los tiempos y fin del mundo es una alegoría astrológica malinterpretada.  Digámosle eso a los aproximadamente 100 millones de personas en estados unidos que creen que el final del mundo se acerca…
El símbolo de Jesús, además de ser un híbrido literario y astrológico, es más explícitamente un plagio del Dios Sol egipcio Horus. Para ejemplo, este grabado de hace aproximadamente 3500 años, en las paredes del templo de Luxor en Egipto.
    


 Son las imágenes de la proclamación, la concepción inmaculada, el nacimiento, y la adoración de Horus. Las imágenes comienzan con la visión  que anuncia a la virgen Isis, que convertirá a Horus, (15 siglos antes de Cristo) luego Nef, es  el espíritu santo que deja embarazada a la virgen, y luego el nacimiento virginal y la adoración. Esta es exactamente la historia de la concepción de Jesús. A decir verdad, las semejanzas literarias entre Horus y Jesús son sorprendentes.  Y el plagio es continuo. 



La historia de Noé y el arca de Noé son tomadas directamente de la tradición. El concepto de una gran inundación es ubicuo en todo el mundo antiguo, con más de 200 diversas citas en diversos períodos y épocas. Sin embargo, uno llega a fuentes tan lejanas como la epopeya de Gilgamesh de origen pre-cristiano, escrito en 2600 a. C. Esta historia habla de una gran inundación ordenada por Dios, un arca con animales salvados sobre él, incluso el lanzamiento y regreso de una paloma, todo esto en común con la historia bíblica, entre muchas otras semejanzas. Y luego está la historia plagiada de Moisés. Sobre el nacimiento de Moisés, se dice que fue puesto en una canasta y dejado a la deriva en un río para evitar el infanticidio. Después fue rescatado por una hija de la realeza y criado por ella como un príncipe. Esta historia del bebé en la canasta fue sacada directamente del mito de Sargón de Acadia alrededor de 2250ª. C.,  cuando nació Sargón, fue puesto en una canasta para evitar el infanticidio, y dejada a la deriva en un rio. Fue rescatado y criado por Akki, una reina matrona. Además, Moisés es conocido como “el dador de ley”, el dador d e los 10 mandamientos, la ley mosaica. Sin embargo, la idea de una ley que fue dada por Dios a un profeta sobre una montaña es también muy vieja. Moisés es solo un dador de la ley en una larga línea de dadores de leyes de la historia mitológica.  En la India, Manou fue el gran dador de ley. En Creta, Minos subió al monte Dicta, donde Zeus le dio las leyes sagradas. Mientras, en Egipto estaba Mises, quien llevó tablas de piedra y sobre ellas las leyes de Dios fueron escritas.
Manou, Minos, Mises, Moisés y hasta los 10 mandamientos  están sacados literalmente del hechizo  125 del Libro de los Muertos egipcio.  En lo que en el libro duce “no he robado”, se convirtió en “no robarás”, “no he matado2 se convirtió en “no matarás”, “no he dicho las mentiras” se convirtió en “no mentirás”, etc. A decir verdad, la religión egipcia es la base fundacional de los principios de la teología judeo-cristiana.  Bautismo , vida después de la muerte, sentencia definitiva, el alumbramiento virginal y la resurrección, la crucifixión, el Arca de la Alianza, la circuncisión, los salvadores, la Sagrada Comunión, la gran inundación,  la Pascua, la Navidad, la Pascua de los judíos, y muchos más, son todos los atributos de ideas egipcias, preceden al cristianismo y al judaísmo en mucho tiempo.



San Justino mártir (100-165 d. C.), san Justino, uno de los primeros historiadores y defensores del cristianismo, escribió: “cuando decimos que él, Jesucristo, nuestro maestro, fue concebido sin la unión sexual, fue crucificado , murió, resucitó y ascendió a los cielos, no proponemos nada diferente a lo que creen los llamados hijos de Júpiter”. En un escrito diferente, san Justino dijo: “nacido de una virgen, acepté esto en común con lo que usted cree de Perseo”. Es obvio que Justino y los primeros cristianos sabían lo similar que era el cristianismo de las religiones paganas. Sin embargo, Justino tenía una solución. En lo que a él se refería, el diablo lo hizo. El diablo tenía la previsión de anteponerse a Cristo, y creo estas características en el mundo pagano.
La Biblia no es nada más que un híbrido literario astro-teológico, como casi todos los mitos religiosos antes que ella. A decir verdad, el aspecto de transferencia, de las cualidades de un personaje a un nuevo personaje, se pueden encontrar en el mismo libro. En el viejo testamento está la historia de José. José era un prototipo para Jesús, José nació de un parto milagroso, Jesús nació de un parto milagroso, José tenía 12 hermanos, Jesús tenía 12 discípulos, José fue vendido por 20 piezas de plata, Jesús fue vendido por 30 piezas de plata. Hermano “Judah” sugiere la venta de José, el discípulo ”Judas” sugiere la venta de Jesús.  José empezó su trabajo a los 30 años, Jesús empezó su trabajo a los 30 años… Los paralelismos siguen sin parar. Además hay una referencia histórica no-bíblica de alguna persona, viviendo con el nombre de Jesús, el hijo de María que viajó con 12 seguidores, sanando a las personas y cosas por el estilo. Hay numerosos historiadores que vivieron alrededor del Mediterráneo ya sea durante o después e la presunta vida de Jesús, ¿cuántos de estos historiadores documentan esta figura?  Ni uno.  Sin embargo, en honor a la verdad, eso no quiere decir que los defensores del Jesús histórico no han reclamado lo contrario.  Cuatro historiadores son mencionados típicamente para justificar la existencia de Jesús. 


Plinio el joven,    ,Suetonio    y Tácito  ,son los primeros tres. Cada una de sus anotaciones constan de solamente, algunas frases que, en e mejor de los casos, solamente hacen referencia a los Cristos o al Cristo, que, a decir verdad, no es un nombre sino un título, significa ”el Ungido”, el cuarto origen es Josefo ,   y esta fuente ha sido demostrada como una falsificación durante cientos de años, desgraciadamente todavía es citado como verdad .



Uno pensaría que un tipo que resucitó de entre los muertos y ascendió al cuelo para que todos los ojos lo vieran, que llevó a cabo la profusión de los milagros que se le atribuyen, habría logrado entrar en el registro histórico. No lo hizo, porque una vez que sopesamos las evidencias, hay altas probabilidades que una figura conocida como Jesús, ni siquiera haya existido.
“El cristianismo es una parodia del culto al sol en el cual pusieron a un hombre llamado Cristo en lugar del sol, y le rindieron la pleitesía que originariamente se le rendía al sol” Thomas Paine, 1737-1809
La realidad es: Jesús es la deidad solar de la secta cristiana gnóstica. Y de la misma manera que todos los otros dioses paganos, era una figura mítica. El entablishment político fue el que buscó la figura histórica de Jesús para el control social.
Antes de 325 d. C. en roma, el emperador Constantino convocó el concilio de Nicea. Fue durante esta reunión que las doctrinas cristianas políticamente motivadas fueron establecidas. Y empezó una larga historia de derramamiento de sangre de cristianos y el fraude espiritual, y durante los siguientes 1600 años, el Vaticano mantuvo un dominio político sobre toda Europa, conduciendo tanto a períodos felices como a las edades oscuras, al mismo tiempo que condujo movimientos instructivos como las cruzadas y la inquisición. La cristiandad, junto con todos los demás sistemas teístas de creencias, es el fraude de la Era. Sirvió para separar la especie del mundo natural, y de un individuo a otro y además, respalda la sumisión ciega a la autoridad, reduce la responsabilidad humana al efecto que Dios lo controla todo, y los crímenes en su nombre, a su vez horribles, pueden ser justificados en nombre de la búsqueda divina. Y aun más importante, otorga poderes a aquellos que saben la verdad pero usan el mito para manipular y controlar sociedades.  El mito religioso es el dispositivo de más alcance creado alguna vez, y sirve como el suelo psicológico sobre el cual pueden prosperar otros mitos.